Meghan Markle y Harry de Gales revelaron secretos de su vida dentro de la familia real, durante una entrevista con Oprah transmitida por CBS este domingo.
Los Duques de Sussex contaron lo que significó tener que adaptarse a los estrictos lineamientos, por lo que han discutido y se han distanciado de algunos de sus miembros. Harry admitió que la relación con su padre no ha estado nada bien, debido a que «hay mucho que trabajar allí».
El príncipe se lamentó por la diatriba entre su padre y él, sobre todo porque comparten una historia similar, considerando lo que vivieron Charles y Diana.
Harry admitió que en la realeza se sentía muy limitado y que no fue por Meghan que decidió dar un paso afuera: «Mi padre y mi hermano están atrapados en el sistema (…) siento compasión por eso«. Tanto él como su esposa hicieron todo lo posible por generar un cambio, lo cual resultó desesperante. Si bien indició que pidieron ayuda muchas veces, les rechazaron todas sus propuestas.
En el momento en que decidieron anunciar su distanciamiento de la monarquía, el príncipe Charles dejó de atender las llamadas de su hijo. Por el contrario, la reina desde antes y hasta ahora se ha mantenido imparcial. La pareja enfatizó que respetan mucho a Elizabeth II y ésta a ellos.
En la entrevista, dieron a conocer el sexo de su nuevo hijo y se trata sorpresivamente de una niña. Meghan añadió que haber perdido un bebé la impulsó a no poner a nadie antes de sí misma y de su familia.
La actriz detalló lo difícil que es ser juzgada como mujer, madre y esposa desde afuera. De acuerdo con su relato, su embarazo lo tildaron de vanidoso, mientras el de su cuñada Kate era visto como algo tierno o muy cariñoso. «En los meses de mi embarazo, durante ese tiempo, supe que no le darían seguridad ni el titulo a mi hijo y se temía sobre el color de su piel. Qué tan oscura seria su piel«, indicó.
La duquesa reveló que la corona pretendía cambiar las leyes para que su hijo no recibiera el título príncipe solo por su raza, por lo que no dudo un segundo en apartarse, afirmando que antes de ser duquesa, es madre.
Sobre el día de su unión ambos recordaron sentirse fuera de sí, pues nada de lo que ocurrió estuvo en sus cabezas. «Este no era nuestro día. Este fue el día que se planeó para el mundo«, confesó Meghan. Descansó toda la noche anterior, no tuvo que ocuparse por ningún detalle, simplemente escuchó la melodía y caminó hacia el altar.
La pareja contó que nunca se «acomodó» a las exigencias de este tipo de vida tan limitada y controlada por un pequeño grupo de personas. Harry y Meghan viven en los Ángeles desde hace un tiempo y esperan su primera hija en el estado de California.